Profesores Pablo Aravena y Claudio Peréz, participan de cuatro días de reflexión y discusión en torno a la Historia Regional se darán lugar desde el martes 13 al viernes 16 de noviembre en el Centro Cultural de Castro, ubicado en Ignacio Serrano # 320, Chiloé, en el marco de las XIX Jornadas de Historia Regional de Chile “Identidades e integraciones desde el Sur”.
Algunos de los conferencistas invitados son la reconocida investigadora Argentina, Doctora por la Universidad Autónoma de Madrid, Susana Bandieri; el profesor e investigador, Directora de la revista “Cultura de y desde Chiloé”, Dante Montiel; y el Doctor en Historia, autor de "Malon: La rebelión del movimiento Mapuche 1990-2013" y "La Biografía de Matías Catrileo"; Fernando Pairicán. Las jornadas contarán con actividades abiertas al público.
El profesor Claudio Peréz coordina las mesas :
"Dinámicas históricas del conflicto político en el espacio regional chileno durante el siglo XX"; A lo largo del siglo XX el conflicto político en Chile adquirió rasgos distintivos. A la tradicional confrontación por arriba, entre las diferentes fracciones de la oligarquía, se vino a sumar la presión de la clase media y de los sectores populares que demandaban tanto el mejoramiento de sus condiciones laborales y de vida, como la apertura de espacios para su reconocimiento como actores políticos. En el campo de los sectores populares la fundación del Partido Obrero Socialista (POS), en 1912, su reconversión en Partido Comunista de Chile (1921) y la posterior formación del Partido Socialista de Chile (1933), le otorgaron a este proceso histórico nuevas expresiones organizacionales y nuevas dinámicas y ritmos históricos. De acuerdo con lo anterior es posible reconocer cuatro fases al interior del ciclo 1912-1952. Una primera fase, que se extendió entre 1912 y 1931, se encuentra asociada a la transición desde las formas espontáneas y horizontales de organización y lucha, a otras definidas por la centralidad de la política (transformaciones institucionales) y por la vertebración de la demanda social en torno a la organización política. En una segunda fase, inaugurada hacia 1932 y extendida hasta 1947, se reafirmó la centralidad de la política, pero en esta oportunidad a través de la gradual incorporación de las organizaciones populares al entramado institucional. En la fase 1948-1966, las organizaciones populares transitaron hacia la redefinición de su relación con la institucionalidad. Lo anterior fue el resultado del restablecimiento de la autonomía de base y de la emergencia de nuevos actores sociales (pobres urbanos). Por último, en la fase 1967-1994, el proceso de radicalización experimentado por el movimiento popular, del cual su punto más alto fue la experiencia de la Unidad popular (1970-1973), fue interrumpido por la dictadura cívico-militar que llevó a cabo un profundo proceso de refundación de la sociedad chilena.
Universidad de Valparaíso
Facultad de Humanidades y Educación
Instituto de Historia y Ciencias Sociales
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